Romeria a Montserrat 2022

Como os anunciamos el año pasado, este año hemos repetido, nos hemos reencontrado con los compañeros de camino hacia Montserrat, hemos participado de la Romería a Montserrat.

Este año en el ámbito familiar hemos creído que yo, el padre podía hacer el recorrido largo de Barcelona a Montserrat, en cambio, mi mujer y mi hija harían el recorrido corto, no por ello menos importante.

En esta ocasión somos un buen grupito que salimos de la plaza Karl Marx. Al empezar a andar nos acompaña una pequeña lluvia que no nos desanima ni un minuto para continuar nuestro camino, nuestra peregrinación particular. Hace frío pero menos que el pasado año. Vamos caminando, vamos compartiendo palabras con unos y otros compañeros de viaje. Antes de llegar a Cerdanyola hacemos un momento de oración, nos ponemos en manos de la Virgen María para que nos dé fuerzas para continuar el camino y poco después nos espera el esperado café que nos da un calor interno que nos ayuda a continuar. Vamos sumando kilómetros.

Hacemos una parada en Les Fonts, donde recargamos fuerzas físicas, y descansamos un poco nuestros pies de peregrino.

En Vacarisses nos encontramos con un grupito que hace la ruta corta, entre ellos mi mujer y mi hija, comemos juntos, ya observamos algunos signos de cansancio (nos sacamos zapatos, cambiamos calcetines, todo para poder continuar el camino) nuestro guía Jordi, hace sonar el silbato indicador que hay que ponernos en marcha, cogemos la pequeña mochila y nos ponemos a andar como una gran familia.

Antes de llegar a Monistrol hacemos una pequeña oración que nos conecta con el verdadero sentido de nuestro andar, el amor a María, nuestra madre y a Jesús, su hijo.

Antes de empezar la ascensión a la montaña, hacemos una pequeña parada en Monistrol, donde nos tomamos un pequeño refrigerio (plátano y chocolate) que nos da la fuerza física que necesitamos para llegar arriba, el corazón lo tenemos lleno de una alegría inmensa al ver que hemos recorrido un tramo de camino como hermanos, unos jóvenes de la parroquia de Cristo Rey van cantando y dando el tono festivo.

La ascensión es dura, estamos cansados, mi mujer no puede mantener el ritmo, pero sabe que puede hacerlo, queremos dar las gracias a los organizadores de la subida ya que supieron cómo conducir la situación, ella marcó el paso de la subida. Queremos agradecer a todos los peregrinos la comprensión, ya que el ritmo fue más lento, pero en ningún momento oímos ninguna palabra de decir, “Ostras que lentos que vamos”, todo lo contrario oíamos a los jóvenes cantando, e incluso ahora, escribiendo estas líneas, se me empañan los ojos de lágrimas. “Me sentí muy acompañada en el camino”, dice ella.

Es muy gratificante ver cómo todos juntos llegamos a la cima, juntos (donde lo que realmente importa es que lleguemos todos juntos) al Monasterio de Montserrat, donde nos espera una taza de caldo (este año no llegó para todos, lo que disgusta a mi hija, que durante todo el camino iba pensando con el caldo tan bueno que había tomado el año pasado) o un vaso de leche con chocolate preparado por miembros de la comunidad arciprestal. Teníamos muchas ganas de quitarnos nuestras botas y darnos una buena ducha. Descansar del esfuerzo físico, una cena ligera porque después del esfuerzo hay poca hambre. 

Antes de ir a dormir todavía nos falta la víspera de la oración, en la Basílica, que siempre nos impone por su majestuosidad. Este año, se nos ha hecho larga, pero hemos podido hacer un rato de reflexión y dar gracias al Señor por ponernos delante a unas personas que nos ayudan a hacer camino.

A las 9.15 h del domingo nos reencontramos en la Basílica los que subimos a pie y otros muchos miembros del arciprestazgo que han llegado esta mañana para celebrar la eucaristía todos juntos, ha costado un poco levantarse, pero nos ponemos en marcha para compartir la eucaristía dominical. 

Al terminar nosotros, como familia, vamos caminando hasta la ermita de St. Miguel, y después podemos pasar ante la Virgen de Montserrat donde damos gracias por su acogida.

Se termina la Romería, vamos a comer, un poco deslucido, ya que estamos en el mismo comedor, pero con mesas dispersas, echamos de menos el rescoldo del año anterior donde estábamos unos más cerca de otros y podemos compartir desde la conversación hasta ese pedazo de tortilla, o aquella croqueta… 

Antes de dar la peregrinación por finalizada, hacemos una pequeña oración, donde damos gracias a la Virgen, y se pasa el bordón del peregrino a la parroquia de St. Pacià, que será la encargada el próximo año de ayudarnos a orar durante la Romería.

Finalmente, nos despedimos todos juntos con “L’hora dels adeus” y la foto de recuerdo, aunque echamos de menos a muchos de los hermanos con los que habíamos hecho el peregrinaje en otras ocasiones.

Familia Germà Carretero

Sant-Andreu-Paolomar
Salida de Barcelona, madrugada del sábado
Sant-Andreu-Paolomar
De camino a Montserrat
Sant-Andreu-Paolomar
Sant-Andreu-Paolomar
A punto de hacer la subida
Sant-Andreu-Paolomar
¡Ya arriba!
Sant-Andreu-Paolomar
Eucaristía del domingo
Sant-Andreu-Paolomar
Traspaso del bordón de pelegrino a Sant Pacià
Sant-Andreu-Paolomar
Foto de grupo
Sant-Andreu-Paolomar
"Hora dels adeus"
Sant-Andreu-Paolomar

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