La programación de la Vigilia de Oración no responde a una actividad o a una celebración más, no. Responde a la necesidad de acercarse a Dios, en un espacio de silencio, de meditación, donde Dios te habla, donde el alma sana. La oración es bálsamo para el alma. Tan solo es necesario abrir el corazón al Señor y dejarlo actuar…
Durante la oración recordaba el Evangelio de la Transfiguración del Señor que Pedro le dice: “Maestro, ¡qué bien estamos aquí arriba! Haremos tres cabañas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.
Sin embargo, ellos bajaron de la montaña y nosotros volvimos a la vida diaria. Eso sí, con las fuerzas renovadas, con una mirada nueva y con ganas de volver.
Carme Rodríguez
Compartimos los textos que se leyeron.