Delante de la recuperación del uso de una vivienda en el barrio, el pasado miércoles 18 de mayo, queremos compartir con la comunidad cristiana las siguientes reflexiones:
- Los pisos que gestiona la Fundació Foment de l'Habitatge Social están destinados a personas solas y a familias en situación de vulnerabilidad que quieren hacer un proceso y un trabajo conjunto para mejorar su autonomía. El número de pisos que gestiona la fundación es limitado y los hemos destinado a las familias más vulnerables que cumplen tanto los compromisos relacionados con el seguimiento social, su proceso de formación e inserción laboral, como su vinculación a Serveis Socials.
- Los pisos de los que dipone la fundación son recursos siempre temporales. En este momento, tenemos más de 30 familias en lista de espera. Consideramos que estas familias con niños que acompañamos y que se encuentran en lista de espera deben tener prioridad para acceder a la vivienda que están esperando.
- Nuestra misión es dedicar las viviendas de uso temporal que gestiona la fundación a ayudar a las familias que acompañamos. No respetar este acuerdo es un agravio comparativo para las familias que sí que respetan nuestra misión y su compromiso, con las cuales hemos hecho un plan de trabajo integral, y que después de dos años, tres o hasta cinco años de trabajo conjunto, hemos podido encontrar juntos una alternativa residencial.
- Somos conscientes, como el resto de entidades sociales, que la situación actual de la vivienda es un problema grave, y que hace tiempo que reclamamos más parque público de viviendas sociales. Pero la situación a esta emergencia habitacional no tiene que pasar por un uso indebido de pisos destinados a intervención social temporal para familias vulnerables que sí que quieren llevar a cabo un plan de trabajo conjunto, sino por que las administraciones hagan efectivas unas nuevas políticas de vivienda que garanticen una vivienda digna para todos.
- Finalmente, desde la Fundació Foment de l'Habitatge Social y desde Cáritas Diocesana de Barcelona tenemos que garantizar que las aportaciones que recibimos de socios y donantes vayan destinadas a las personas que relamente lo necesitan.Por eso, es necesario actuar en consecuencia y de acuerdo con los principios de buena gestión y transparencia que caracterizan a ambas entidades.