El papa Francisco convoca a toda la Iglesia a “caminar juntos”, ya que esto quiere decir sinodalidad. Pero, ¿por qué? El Papa quiere que este camino sinodal del “caminar juntos” ayude a hacernos más conscientes de que todos formamos parte de la Iglesia como Pueblo de Dios.
Este camino sinodal, que se hará por primera vez en la Iglesia, tiene tres fases: una diocesana, otra continental y la última, universal, que finalizará en Roma con el Sínodo de Obispos, donde se recogerán todas las experiencias y los testimonios de este amplio camino sinodal.
Todo este proceso comienza para nosotros, miembros de las comunidades parroquiales, de movimientos, asociaciones, congregaciones, etc. creando grupos de diálogo en los cuales compartir nuestras vivencias y experiencias, y ver cómo podemos mejorar en nuestro “caminar juntos”. Con todo ello haremos una recopilación para hacerla llegar al obispado, que a la vez hará una recopilación de todo lo recibido para pasar a las fases siguientes. Y de aquí vienen las dudas de muchos: ¿De qué servirá lo que un grupo sinodal pueda aportar? ¿Cómo quedará diluido entre todo lo que se hable en otros grupos? ¿Qué atención se prestará a nuestras aportaciones?
Fijémonos en el cartel y en el lema que nos proponen: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión”.
La sinodalidad es a la vez el objetivo del sínodo y el método de trabajo. Un “caminar juntos” que nos anima a compartir, escucharnos, dialogar, consensuar, sintiéndonos todos iguales, sabiendo que formamos parte de un todo más grande, el Pueblo de Dios, un todo del cual nos nutrimos, en el que participamos y en el que encontramos nuestra misión personal y comunitaria. La Iglesia nos dice, además, que nos quiere escuchar, que, sin convertir este trabajo en un buzón de quejas y reclamaciones, tenemos la oportunidad de curar heridas. Personalmente creo que es un camino para seguir donde lo más importante no es dónde o cómo acabará, sino lo que vivamos compartiendo el proceso, este camino que tenemos que recorrer dentro de la Iglesia y también con toda la humanidad.
Así pues, es necesario que entre todos respondamos a la pregunta fundamental que se nos hace:
¿Qué experiencias tengo de este “caminar juntos” en mi comunidad? ¿Cómo las valoro?
¿Qué pasos nos invita a hacer el Espíritu Santo para crecer en nuestro “caminar juntos”?
Para hacer emerger experiencias, se puede utilizar alguno de los diez núcleos temáticos que se nos proponen (se pueden consultar en este documento).
Manu Górriz, miembro del Consejo Pastoral Parroquial, que será el dinamizador del grupo o grupos sinodales de nuestra parroquia, ya ha participado, juntamente con otros miembros de la comunidad, en las jornadas de formación e intercambio que ha organizado el obispado. Arciprestalmente, se ha organizado una charla-coloquio en Sant Pacià el viernes 18 de febrero para poder entender mejor qué significa y cuál es el alcance de todo este proceso, y el viernes siguiente, 25 de febrero, iniciaremos el trabajo en nuestra parroquia.
Para que el proceso sea realmente participativo, y recoja cuantas más voces y experiencias mejor, os proponemos que respondáis a esta breve encuesta antes del 22 de febrero:
hhttps://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScDjji-YYrDm2ZwxNSaWxOcwInciWGNDPil_Rl8J5J1qPZEMQ/viewform?usp=sf_link
De esta manera, se verá cómo una Iglesia más sinodal es una Iglesia que escucha, en la que cada uno tiene alguna cosa que aprender: los laicos, los pastores y el obispo de Roma; el uno en escucha de los otros y todos en escucha del Espíritu Santo para conocer “qué dice a las iglesias”.
Teresa Baqueró
